lunes, 29 de octubre de 2012

"Tú, ya no peleas sola"

La carrera continúa. Acabo de empezar, y ya me he caído. Curioso es, que lo que más vale la pena, es en lo que mas cuesta continuar. Pero es así, y hay que seguir. Están esos corredores que apenas están calentado, miran la meta y la ven lejana, pero interesante, pero aún así no se deciden a empezar. Están aquellos que corren, pero van a paso de tortuga, se cansan en mitad de la carrera y se rinden, abandonan. Luego están los que se meten un spring al principio, y a mitad de la carrera ya no pueden más. Después tenemos a los que corren por correr, los que no saben a donde van, y tampoco se preocupan por averiguarlo. Luego los que corren en el sentido contrario, en círculo, acaban llegando siempre al mismo sitio de partida. Lo curioso de este tipo de personas es que aunque su alrededor le esté dando indicios de que está corriendo en dirección opuesta, no escucha, y sigue corriendo. Son pocos los que realmente se paran a pensar, se dan cuenta de su error, y la cantidad de tiempo que han perdido. Pero después, están los que se deciden a empezar, son constantes, tienen fuerza. Luchan por llegar a la meta, como sea, por ser los mejores, los primeros. Pelean con ellos mismos, abandonando muchas cosas para poder continuar, despojándose de todo peso y toda carga que les impida seguir. 

Porque, queridos lectores, la carrera de la vida, no es una carrera de velocidad, sino de resistencia, y no se es mejor por correr más rápido, ni llegar antes, si en todo el recorrido no has aprendido absolutamente nada.


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