martes, 31 de enero de 2012

Germany.

Te fundes en la nieve. Árboles helados, es invierno. Once días de mi vida invertidos en un viaje fantástico, perdida en la Alemania invernal, un gran espectáculo. Estrellas que se ven desde las seis de la tarde, noches enteras. Gente increíble. Tardes de frío y calefacción con chocolate. Risas. Llantos. Caídas y fotos. Vídeos. Canciones. Fiestas y bailes. Los coches apenas se oyen. Estás en mitad de un círculo muy redondo en donde todos son felices. Me siento en el aire, como si volara, como si nada pudiera pararme. Estoy en mi sitio, en el lugar pensado y diseñado para mi. Todo era perfecto hasta el pasado 29 de enero de este año. Coger un avión de vuelta a casa, que horror. No quiero regresar, me siento impotente por no poder hacer nada para quedarme y seguir viviendo todo aquello. Ahora solo queda el recuerdo, las fotos, la experiencia y las lágrimas. Me alejo, pero mitad de mi corazón se quedó, mi alma sigue allí, ella aun no ha regresado, y no se cuanto pasará hasta que lo haga. Me despierto después de llorar toda la noche, y no quiero levantarme, no tengo ganas de nada, pero he de cumplir con mis obligaciones, pero es lo que menos me importa, ahora solo pienso en toda la gente que me ha echado de menos, y por ellos me levanto. Pongo un pie en el suelo, no es posible, estoy en casa. 
Me niego, no quiero estar aquí. Llega la tarde, lloro de nuevo, son demasiadas cosas en muy poco tiempo. Ahora solo puedo pensar en como sería el día de hoy, que estaría haciendo si siguiese estando allí. No me cabe en la cabeza que eche tanto de menos todo aquello, que les eche tanto de menos. 
Ahora solo me queda asumir que estoy en casa, de vuelta, con las mismas caras, la misma gente, los mismos sitios, lo mismo de siempre. Pasará bastante tiempo para que algo así se vuelva a repetir, yo solo quiero decir que el 29 de este mes a punto de llegar, se convertirán en once días llenos de sorpresas, y que así pasen cinco años. 

viernes, 6 de enero de 2012

Don't give up

La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada.